Tipos de fotógrafo callejero: el francotirador
A diferencia del fotógrafo callejero invasivo, que gusta de echarse encima de sus desprevenidas víctimas en cuanto tiene oportunidad, el tipo francotirador generalmente mantiene una distancia prudencial. Para poder mantener esa distancia de seguridad utiliza un equipo fotográfico en el que sobresale, literalmente, un super zoom o, alternativamente, un enorme teleobjetivo.
Los que yo suelo encontrar por las calles, generalmente, buscan un lugar seguro, supongo que en consonancia con la distancia focal que vayan a utilizar, y desde ahí apuntan a los paseantes al más puro estilo del francotirador o del cazador al acecho de una pieza de caza mayor.
He escuchado al propio Bruce Gilden repetir a menudo esa famosa frase de Robert Capa: “Si una foto no es suficientemente buena es porque no estabas suficientemente cerca”. Si Bruce Gilden llevó esta premisa al extremo, al menos fue coherente. El francotirador busca un atajo. Primeros planos sí, pero desde una distancia prudencial. Evidentemente, y esto es una apreciación personal, las fotografías resultantes de esta práctica generalmente suelen mostrar los resultados de esta incongruencia.
También existen fotógrafos callejeros híbridos que utilizan equipos propios del tipo francotirador y a la vez la técnica del invasivo. Yo compartí un paseo con uno de estos fotógrafos en La Habana. Recuerdo las caras de terror de ciertas personas cuando de repente percibían que tenían un cañón apuntándoles a quemarropa en manos de un tipo dispuesto a fusilarlos sin piedad. No tuve más remedio que advertirle de que actuar como lo hacía en otro lugar que no fuera La Habana le podría costar caro en términos de integridad física. Eso sin contar la cantidad de oportunidades fotográficas que perdimos al verle la gente acercarse con su bazuca entre las manos.